Este era el tercer año que iba al RA,
recuerdo que la primera vez que fui, iba sola, no conocía a nadie, solo alguna
escritora. Me imponía ir sin tener con quien sentarme, sin saber muy bien con
quien hablar, pero tenía muchas ganas de estar allí y ver a esas escritoras que
me hacían vibrar con sus historias.
En la hora de la comida ya había conocida a
otras escritoras que estaban empezando como yo, lectoras entusiasmadas que
compartían conmigo el mismo interés por el género romántico.
Al año siguiente ya no fui sola, había ido
conociendo a gente muy especial, era el momento de reencontrarnos y de conocer
a gente nueva. Un día único para nosotras, para compartir este género, para
sentirnos una gran familia. Es cierto que como en todos los sitios, no todo es
perfecto, pero lo importante es que te acercas a las personas con las que más
te identificas. En general, hay tan buen ambiente que es un hilo conductor que
nos traspasa a todos.
Este año ha sido igual o más especial. Conozco
a tanta gente y quiero hablar con tantas personas que ya no sabía con quien
sentarme porque quieres compartir ese momento con todos ellos.